Statkraft, el coloso noruego de la energía renovable, ha ampliado su influencia en el mercado energético español con el objetivo claro de afianzar su posición en la península ibérica. Esta compañía, completamente estatal y respaldada por el gobierno noruego, ya representa un pilar en Europa como el mayor productor de energía renovable del continente, destacándose en hidroeléctrica. Con un portafolio de activos que se extiende desde las aguas noruegas hasta mercados globales, Statkraft enfrenta un desafío ambicioso: establecerse como un protagonista importante en el sector de la energía solar y eólica en España.
Statkraft, el gigante noruego de la energía renovable, ha intensificado su presencia en el mercado energético español con la firme intención de consolidar su posición en la península ibérica. Esta empresa, que es totalmente pública y está respaldada por el Estado noruego, ya es un referente a nivel europeo, siendo el mayor generador de energía renovable del continente, especialmente en hidroeléctrica. Con una cartera de activos que abarca desde las aguas noruegas hasta mercados internacionales, Statkraft se enfrenta a un ambicioso reto: convertirse en un actor clave también en las energías solar y eólica en España.
A lo largo de los últimos años, Statkraft ha apostado por el crecimiento mediante la adquisición estratégica de activos en el sector renovable. Entre sus movimientos más destacados se encuentra la compra de Solarcentury, una firma británica con proyectos importantes en España, por 130 millones de euros. Además, en una operación que reafirma su compromiso con la eólica, la compañía adquirió Enerfín, una filial de Elecnor, por casi 1.600 millones de euros. Estas adquisiciones no solo refuerzan su apuesta por la fotovoltaica, sino que también le permiten posicionarse fuertemente en la energía eólica, una tecnología que, aunque más costosa, garantiza ingresos más estables y un menor riesgo de fluctuaciones en los precios.
En la actualidad, Statkraft opera en España con una capacidad renovable de 1,4 gigavatios, distribuidos entre plantas fotovoltaicas y parques eólicos. Su presencia en el país se concentra principalmente en el sur, con 11 plantas solares en Andalucía y Extremadura, y en el norte, con siete parques eólicos en regiones como Galicia, Castilla y León, y Navarra. Además, la compañía tiene en marcha nuevos proyectos, como un parque de aerogeneradores en Burgos, parte de un plan mayor que incluye tanto energía solar como eólica, y almacenamiento de energía, un componente esencial para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico.
El almacenamiento de energía se ha transformado en un elemento esencial dentro de la estrategia de Statkraft. La capacidad de guardar electricidad generada de manera renovable durante los momentos de alta producción, como los días soleados o ventosos, resulta fundamental para garantizar un suministro constante cuando las condiciones climáticas son diferentes. Esto tiene una relevancia particular en un mercado como el español, donde los precios de la electricidad pueden experimentar una gran volatilidad, e incluso llegar a ser negativos en algunos periodos del año.
La capacidad de almacenamiento, utilizando tecnologías como las baterías, es fundamental en la visión de futuro de Statkraft. Las baterías no solo permitirán a la empresa optimizar su producción y disminuir la dependencia de las variaciones de precios en el mercado, sino que también son un elemento crítico para el sistema eléctrico global, como ya se ha evidenciado en otros mercados, como el australiano y el californiano.
La capacidad de almacenamiento, a través de tecnologías como las baterías, está en el centro de la visión de Statkraft para el futuro. Las baterías no solo permitirán a la empresa gestionar mejor su producción y reducir la dependencia de las fluctuaciones de los precios del mercado, sino que también son un componente esencial para el sistema eléctrico global, como ya se ha demostrado en otros mercados como el australiano y el californiano.
En cuanto a los desafíos regulatorios, Statkraft también ha señalado la necesidad de reformar el mercado eléctrico europeo, particularmente en relación con el sistema de precios marginalistas que determina el coste de la electricidad. Esta estructura ha generado incertidumbre para las empresas desarrolladoras de renovables, que luchan por encontrar rentabilidad cuando los precios de la electricidad caen a niveles extremadamente bajos.